Para que los niños disfruten el aprendizaje y avancen en sus logros académicos, es necesario ayudarles a establecer un buen hábito de estudio, pues de la misma manera que el cerebro infantil, necesita una rutina diaria para regular el tiempo de sueño, también necesita llevar una rutina de estudio que les ayude a concentrarse para lograr un aprendizaje significativo.
Los padres son los principales responsables de ayudar a su hijo a establecer un buen hábito de estudio, parte de su función en el proceso es animar a su hijo siempre que lo necesite, establecer límites positivos, por ejemplo, estudiar en silencio, no estudiar durante la noche, etc. Además de convertirse en su apoyo para resolver problemas de forma tranquila, para no transmitir a sus hijos frustración u hostilidad mientras les apoyan con los deberes escolares.
La actitud de los padres es determinante en el proceso de tener una rutina de estudio saludable, pues si los padres no tienen paciencia con sus pequeños, ellos terminaran por asociar el aprendizaje académico con una experiencia negativa.
3 consejos para establecer un buen hábito de estudio en los niños
1. Crear una rutina diaria
Dependiendo de la edad del niño debemos incluir en su rutina diaria un tiempo específico de estudio, si es menor de 6 años, esta no debe tener un horario estricto, pero sí una secuencia diaria, por ejemplo, todos los días luego del almuerzo estudiaremos una hora.
A partir de los 6 años cuando generalmente empiezan la Educación Primaria, establecemos el tiempo que va a dedicar al estudio. Cuanto más fijo sea este tiempo, mucho mejor para que el niño cree el hábito. Así, por ejemplo, como pauta estándar, podemos establecer que empieza a estudiar después de merendar. Cuando el niño llegue al colegio cada día con sus deberes realizados y vea la forma en que su profesor aprecia su trabajo con una buena nota o con un comentario favorable, irá viendo el valor de esta pauta y él mismo se animará a seguir manteniéndola.
Generalmente una rutina realizada durante tres semanas suele establecerse como hábito de manera natural en el niño. Por tanto, es importante que nosotros facilitemos en la medida de lo posible que esa rutina no se vea alterada a menudo.
2. Establecer un lugar de estudio
Es importante organizar un lugar en el que nuestro hijo se sienta a gusto y libre de distracciones, un espacio en su habitación o un espacio de la casa que será destinado para este fin. En cualquier caso, será un lugar donde pueda colocar y organizar sus libros junto con el material escolar para tenerlo todo a mano. Saber que tiene este lugar fijo, le facilita ponerse a estudiar y a la vez le genera una sensación agradable de organización.
Nuestro cerebro relaciona los lugares con las actividades cotidianas, por ejemplo, si evitamos comer en nuestra cama o hacer otras actividades, para nuestro cerebro será más fácil identificar ese lugar como una zona de descanso y prepararse para dormir, de la misma forma si los niños tienen un lugar de estudio establecido, su cerebro se preparará para concentrarse allí.
3. Valorar el esfuerzo
Cuando reconocemos el esfuerzo y la disciplina de los niños por el trabajo que han realizado, le animaremos a seguirlo llevando a cabo. Una sencilla y sincera frase como “Has hecho todas las tareas y el repaso, ahora puedes irte a jugar” acompañado de una expresión de satisfacción, lo motivará a que al día siguiente nuestro hijo se siente de nuevo a la hora establecida para hacerlos.
Por último, recordemos que facilitar que el niño desarrolle este hábito está generando a largo plazo que establezca la capacidad de concentración y de constancia que va a necesitar a lo largo de toda su vida para conseguir las metas que se proponga.
Una rutina diaria para aprender inglés
Los niños necesitan tiempos cortos a diario de estimulación para que su cerebro cree nuevas conexiones neuronales para una determinada habilidad, así que con pocos minutos al día y utilizando los bits de inteligencia con el audio nativo del inglés británico, Neuro English Home esta diseñado preparar el cerebro de los niños menores de 7 años, para que asimilen el inglés de forma natural con una pronunciación estupenda.
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